Nuestra Historia

De un Taller de Coches a un Taller de Almas

Fue un día en el año 2000 en Heredia, Costa Rica

…saliendo de comunicar la Palabra de Dios a unos prisioneros en la prisión de Heredia, Costa Rica y subiendo la cima a nuestra casa, empezó un aguacero y fue en ese preciso momento que se rompió la banda de distribución de nuestro Volkswagen 1985 (mi Scirocco querido). Con el impulso que llevaba pude dar vuelta a la izquierda para bajar en una cuchilla de nombre, “Bajo los Molinos”.  Mientras bajaba, buscaba yo por donde pararme o estacionarme, cuando a los 100 metros a la izquierda veo un letrero MUY BIENVENIDO que decía TALLER MIRANDA.

Aunque era un taller de enderezado y pintura, los dueños del taller —todos de la misma familia Miranda— me ayudaron con lo mecánico. En el proceso de la reparación del coche y de platicar y llegar a conocer a los Miranda, llegó a ser obvio que la rotura de la banda no fue un accidente sino una planeada intervención divina. Atrás del coche llevaba una pizarra que tenía escrito lo que había enseñado en mi clase de Biblia. El hijo mayor de los Miranda al ver la pizarra preguntó sobre el sentido de lo escrito. Pues en el transcurso de discutir varios puntos bíblicos, otro hijo Miranda me invitó a enseñar la Biblia en la casa de sus padres en el segundo piso, arriba del taller.

 Los Miranda habían estado orando para que alguien llegara a enseñarles la Palabra de Dios y con aguacero y banda de distribución rota, el Señor me había puesto ahí. Ellos tenían el apetito para el Mensaje y yo estaba listo para servirlo.  Empecé a enseñar en la casa de Don Carlos y Doña Melba Miranda la próxima semana y terminé enseñando y grabando clases cinco veces a la semana hasta 2015. Nunca buscamos nombre para nuestra pequeña congregación, sin embargo, en 2009, por una conversación casual se nos ocurrió que teníamos un taller . . . pero, un TALLER DE ALMAS arriba del Taller Miranda y así quedó.

A partir del día en que Don Carlos y Doña Melba abrieron la puerta en el segundo piso, Taller de Almas estaba en plena producción. Los Miranda, amigos y conocidos, siempre con una sonrisa, se sentaron en el comedor y la sala para ser alimentados. Su Palabra nunca se ha dejado de comunicar en el Taller de Almas, fuera en el segundo piso o ahora en el internet. Y Don Carlos y Doña Melba ya nos esperan en el tercer cielo donde están gozando la capacidad que desarrollaron en esas clases. Hasta la fecha el Taller de Almas continúa siendo el escenario para la reparación de almas de la Familia Real.

Su Palabra nunca se ha dejado de comunicar en el Taller de Almas, fuera en el segundo piso o ahora en el internet. Y Don Carlos y Doña Melba ya nos esperan en el tercer cielo donde están gozando la capacidad que desarrollaron en esas clases. Hasta la fecha el Taller de Almas continúa siendo el escenario para la reparación de almas de la Familia Real.

Es para mi y Sharon un momento emocional cuando recordamos a Don Carlos y Doña Melba y a los que asistían a las clases en Costa Rica y los que aún asisten a las clases en el ciber espacio. No existe privilegio más grande en la vida que el de participar en alguna forma en la comunicación de Su Palabra.

Aquí unos maravillosos recuerdos…

Actualmente el Taller Miranda sigue funcionando.